Hola. Hasta el momento, hemos aprendido a desarrollar planes de mantenimiento. Sin embargo, ¿quién se encarga de la ejecución de estos? ¿Y cómo podemos asegurarnos que sean ejecutados de una forma eficiente? Esto es lo que aprenderemos en el video de hoy. El modelo de gestión de mantenimiento del Foro Mundial de Mantenimiento y Gestión de Activos, nos muestra cómo el mantenimiento tiene diferentes funciones. Una de estas es la gestión de trabajos. En la imagen, esta se encuentra representada en amarillo en el centro del diagrama. Esta función se encarga de la gestión de la ejecución de los trabajos de mantenimiento. Además, se asegura que estos sean ejecutados por personas debidamente capacitadas y calificadas, con los materiales necesarios, según los procedimientos establecidos y en el momento apropiado, así reduciendo el desperdicio de tiempo y de recursos humanos y materiales. Pero, ¿cómo está organizada esta función? O, en otras palabras, ¿cuál es el proceso para la ejecución de trabajos de mantenimiento? En una empresa estructurada y en la cual el departamento de mantenimiento representa una porción no despreciable del personal, el proceso de gestión del trabajo suele manejarse en la forma representada en la imagen. Primero hay una identificación, y luego, una aprobación del trabajo. Enseguida se encuentra su planificación y programación. Finalmente, se ejecuta y se aprende de esta para una mejora continua de la tarea. Cabe aclarar que este proceso aplica en el caso de tareas de mantenimiento proactivo. Esto porque las tareas correctivas de emergencia se suelen ejecutar lo más temprano posible para reducir las consecuencias de la falla. Sin embargo, una vez apagado el incendio, habrá un cierre del trabajo correctivo y un aprendizaje a partir de este. ¿Y cuál será el proceso para tareas diferidas de mantenimiento correctivo? Intenta inferirlo contestando a la siguiente pregunta. Vamos ahora a detallar las diferentes etapas del proceso de gestión del trabajo. Solicitudes de trabajos de mantenimiento pueden ser creadas por parte de operadores o por el personal de mantenimiento que se da cuenta de fallas que inician durante la ejecución de trabajos. Además, un software de gestión de mantenimiento asistido por computadora puede generarlas de forma automática, emitiendo avisos de que es necesario ejecutar tareas proactivas del plan de mantenimiento. Las solicitudes y los avisos se suelen analizar, validar y aprobar. Además, se definen prioridades de ejecución. Cuanto más alto es el nivel de desgaste y la consecuencia de una eventual falla, más prioritaria tendrá que ser la ejecución. Es importante que quien define las prioridades no sea la misma persona que solicita el trabajo, ya que, seguramente, para él, su necesidad siempre será muy prioritaria. Pasamos ahora a la planificación. Este departamento se encarga de desglosar el trabajo y actúa un par de semanas antes de su ejecución. El planificador tiene que determinar las especialidades necesarias y las cantidades de personas por especialidad. También, establecerá el tiempo requerido para ejecutar la tarea y las herramientas y repuestos necesarios. Además, definirá el alcance del trabajo, las diferentes actividades que se necesitan implementar y su secuencia. Finalmente, en el caso de ser necesario, coordinará todo el tema de permisos legales y de seguridad. Mientras que el planificador actúa semanas antes de la ejecución del trabajo, el programador suele subir al escenario la semana anterior. Su responsabilidad es la de proveer nombres y apellidos a las especialidades identificadas por el planificador y desarrollar el calendario semanal, determinando la fecha y hora exacta en que se prevé ejecutar cada actividad. Claramente, esto implica una coordinación con las personas de producción. Además, el programador tiene que asegurarse que todos los elementos necesarios estén listos para que la ejecución de la tarea de mantenimiento sea lo más eficiente posible. Por ejemplo, puede instruir a las personas del inventario para que armen "kits" con las herramientas necesarias para así ahorrar tiempo al momento de la recolección del material. Con respecto a la ejecución, su función es controlar la productividad y la calidad del trabajo realizado, garantizar el cumplimiento normativo y la seguridad de los trabajadores. De esto, generalmente, se encarga un supervisor de mantenimiento. El objetivo del cierre es documentar los detalles del trabajo terminado, como, por ejemplo, el tiempo necesario y los materiales consumidos. Esta información generará una retroalimentación útil para el planificador y el programador, que podrá refinar la información relativa a la tarea realizada, así volviéndola más eficiente en el caso de una futura ejecución. Todo el proceso de gestión del trabajo está trazado a través de un documento llamado "Orden de trabajo". Este documento incluye información relevante, como las firmas de aprobación y los entregables de la planificación y la programación, así como la recopilación de la información del trabajo ejecutado. Se suele generar una orden por cada trabajo de mantenimiento. Concluimos ahora, revisando los principales beneficios aportados por una buena planificación y programación. Podemos apreciar cómo una correcta planificación permite reducir el tiempo necesario para la ejecución de cada orden de trabajo, mientras que una buena programación permite programar órdenes de una forma más eficiente. Podemos así apreciar que el efecto combinado de estas dos funciones es la ejecución de una mayor cantidad de órdenes de trabajo.