[AUDIO_EN_BLANCO] Bien, como sÃntesis de nuestro curso liderazgo instruccional, una perspectiva global y prácticas locales, volveremos a insistir en el contexto en el que observamos en América Latina, nuestro, nuestro desafÃo de influir en nuestra experiencia y en nuestros resultados educativos. Nos importan los resultados educativos de los estudiantes en su sentido más amplio, los resultados académicos, los resultados en términos del aprendizaje de habilidades sociales. Nos importa su compromiso ciudadano y nos importa el cambio y el crecimiento que nuestros estudiantes puedan experimentar a partir del trabajo que realizamos en nuestra organización. En nuestras organizaciones escolares estamos condicionados por polÃticas de estado, polÃticas de estado, que a nivel global son cada vez más consistentes en términos de exigir esperar más de la educación. Tal vez no hay un época en que sea más claro esto, pero esperar resultados especÃficos, recibir más recursos, también y comparar con estándares comunes lo que ocurre en distintas realidades. Eso es un desafÃo para la gestión local, que cada vez más requiere ser más profesional y requiere mayor supervisión y apoyo para aquellos procesos claves, en la medida que los estados estandarizan la gestión de los establecimientos escolares, surgen indicadores y aspectos claves que no podemos descuidar. A nivel organizacional, cada establecimiento escolar está desafiado a instalar sistemas de dirección de calidad que permitan sustentar el servicio educativo en forma permanente, pero, también tomar muy buenas decisiones sobre aquello que debe cambiar, sobre aquello que debe mejorar, sobre aquello que debe ser especÃficamente mejorado. Es clave ahà la capacidad de cada establecimiento para detectar cuáles van a ser sus indicadores claves de mejora. Pero esto va a ocurrir, también, en un contexto más micro, donde la familia de nuestros estudiantes va a ser importante con sus expectativas, con su capacidad para comprometerse en el dÃa a dÃa de la función escolar y, también, va a ser importante el entorno en el que estamos situados. Hay comunidades que son bastante más facilitadoras de la función escolar. Hay comunidades en las cuales vivimos mucho más presión, mucho más distracción y las escuelas necesitan, muchas veces, cerrarse frente a influencias que nos son tan convenientes de el entorno. En ese juego entre cerrarse y abrirse hablamos de la capacidad de la organización escolar para ser un sistema social abierto. En segundo lugar, hablamos de cómo la influencia de la escuela está constantemente desafiada a superar la influencia externa. En ese sentido el liderazgo escolar que nosotros proponemos es un liderazgo centrado en la enseñanza y el aprendizaje, es un liderazgo que se distribuye desde los equipos directivos a los profesores, incluso a los mismos estudiantes. Es un liderazgo contingente porque es capaz de reaccionar y de operar en forma diferenciada según las situaciones, las tareas y la experiencia que tenemos. Pero bien, este liderazgo instruccional va a lograr un mayor efecto cuando es capaz, no es cierto, de premiar la cultura de los establecimientos escolares. En los establecimientos escolares la cultura es muy importante, las creencias de eficacia colectiva son muy importantes. El liderazgo escolar tiene que traducirse también en motivación, en capacidades de profesores. Como ustedes saben, la enseñanza del profesor es la variable más directa, más cercana a los resultados educativos de los estudiantes. Pero esta variable se ve enriquecida y potenciada por dinámicas colectivas u organizacionales que el liderazgo escolar puede instalar. A nivel de sala de clases, el liderazgo escolar es capaz de proveer normas, es capaz de facilitar prácticas, es capaz de focalizar el currÃculum, es capaz de crear un clima coherente para los estudiantes, un clima seguro, un clima ordenado, un clima predecible. Siempre va a ser un clima que facilita el trabajo en cada sala de clases. Los resultados educativos de los estudiantes van a ser explicados, en mayor medida, por los elementos que ustedes ven más cercanos a esta variable, por el clima escolar, la estructura organizacional, las capacidades de los profesores y lo que ocurre en la sala de clases. Pero para que estas variables funcionen en forma óptima y permanentemente podamos tener provecho de ellas necesitamos un liderazgo escolar instruccional, distribuido, y enfocado en la mejora de la enseñanza y el aprendizaje. Muchas gracias y los esperamos en nuestro sitio web liderazgoescolar.uc.cl, donde van a poder encontrar mucha más información y mantenerse conectados con la red de liderazgo que potenciamos desde Chile para América Latina. Muchas gracias. [AUDIO_EN_BLANCO]