[MÚSICA] [MÚSICA] Bienvenidas y bienvenidos a este segundo módulo, en el que hablaremos del impacto que el internet y las tecnologÃas digitales han tenido en la cultura en términos amplios. Además, vamos a discutir la situación que los derechos de autor están teniendo en este contexto y hablaremos de algunas licencias de propiedad intelectual que favorecen la circulación cultural, bajo un enfoque similar al que discutimos en el módulo pasado. En este primer video comenzaremos hablando del impacto que las redes digitales han tenido para la cultura contemporánea, como impulsoras de un nuevo modelo de producción cultural que podemos aprovechar para compartir nuestras creaciones libremente. [SONIDO] Comencemos con un breve recuento de algunos de los momentos más significativos en la historia de las redes digitales, sobre todo de aquellas que se vinculan directamente con los temas tratados en nuestro curso. En 1985, Richard Stallman crea la Free Software Foundation, que se dedica a defender un modelo de producción informática que privilegia la libre circulación cultural y la creatividad compartida, en contraposición con los modelos productivos que privilegian la privatización de los productos culturales. En 1991, Linus Torvalds desarrolló el kernel de Linux, que permitió la conformación de los sistemas operativos GNU/Linux, mismos que combinan el desarrollo de Torvalds con el trabajo que la fundación de software libre habÃa llevado a cabo en los años precedentes. Esta mención es importante, pues los sistemas operativos libres constituyen desde entonces una apuesta fundamental por un sistema de producción cultural libre y distribuido. En 1993, un equipo de programadores del Cern en Ginebra, encabezados por Tim Berners-Lee hizo publica la World Wide Web, el primer cliente web que puede ser considerado como fundador del Internet contemporáneo. Aunque la historia del Internet se remonta a algunas décadas atrás, con servicios como ARPANET Y NSFNET, es con la llegada de la famosa triple w que la red se distribuye de manera masiva y global, permitiendo la circulación de información a una escala y velocidad, hasta entonces desconocidas. Tanto es asÃ, que en 1999 era you posible distribuir música de manera masiva en Internet, tal como vimos en el caso de la plataforma Napster, que aprovechó el surgimiento del formato MP3 para generar un sistema de distribución en el que los usuarios podÃan subir a la red discos enteros, que después podÃan ser descargados por millones de personas a lo largo del mundo. Otro momento importante en nuestra historia es el surgimiento de Wikipedia en el año 2001, you que esta enciclopedia constituye uno de los proyectos de creación colaborativa más ambiciosos y efectivos en lo que va del siglo XXI. Es interesante observar que Wikipedia surge tres años antes de que se empezara a hablar del concepto de Web 2.0, mismo que hace referencia a este tipo de herramientas que se construyen a partir de la interacción y la inteligencia compartida de millones de usuarios en la red. Para este momento, empresas como Yahoo! y Google, que surgieron en los primeros años de la World Wide Web, habÃan cobrado you una fuerza desorbitante, dando lugar a un sistema de servicios en internet, que manejaban cantidades millonarias de usuarios y flujos estratosféricos de información, al punto de que hay pensadores como el sociólogo español Manuel Castells, que considera que el Internet ha dado lugar a una nueva era en la historia de la humanidad. A partir de aquÃ, nuestro relato podrÃa seguir con proyectos cada vez más masivos y más eficaces en sus mecanismos para generar productividad a partir de redes aparentemente distribuidas. Basta pensar en plataformas con Facebook, YouTube o Spotify, para tener una idea del impacto que el Internet y la cultura de redes han tenido en el mundo contemporáneo. A este tema podrÃamos dedicar un programa de especialidad completo, lo que evidentemente sale de nuestros objetivos. Sin embargo, sà quisiera dejar bien subrayado que el internet y las redes digitales han generado cambios importantÃsimos en la manera en la que compartimos, distribuimos, producimos arte y cultura, en términos generales. Esto se debe entre otras cosas a tres factores de los que quisiera hablar a continuación. Primero, al hecho de que los productos artÃsticos que circulan en la red suelen ser de carácter inmaterial. Esto es, construidos a partir de datos informáticos y no de materiales fÃsicos, lo que permite que las canciones, imágenes, códigos y videos que podamos encontrar en internet, pueden ser compartidos millones de veces sin que se pierda información en el camino. Esto lleva a un segundo punto, que es un cambio radical en la economÃa del arte. Cuando un mismo archivo de música puede ser descargado por millones de personas sin tener que invertir en formatos fÃsicos como cassettes o discos compactos, y cuando una persona puede tener en su computadora personal un estudio de grabación completo, los costos de producción se reducen considerablemente, dando lugar a esquemas nuevos de financiamiento y sustentabilidad económica. Finalmente, un tercer factor es el cambio en la temporalidad de los procesos de creación y distribución del arte. Un ejemplo muy ilustrativo de lo anterior lo encontramos en el cine. Piensen simplemente en la diferencia temporal entre editar una pelÃcula, a partir de revelar cortar y pegar una inmensa cantidad de secuencias fotográficas, y utilizar un software que nos permite manipular los archivos de video, no solo pudiendo cortar y pegar a gran velocidad, sino también meter efectos, sincronizar con el audio y escribir subtÃtulos, para después difundir la pelÃcula de manera casi inmediata en plataformas digitales como Vimeo o YouTube. Todos estos cambios han llevado a varios crÃticos a decir que las tecnologÃas digitales han permitido un proceso de democratización en el arte, en la medida en la que hoy es más fácil que nunca que las personas realicen y distribuyan obras artÃsticas desde su propia computadora con costes mÃnimos y recursos relativamente accesibles. A manera de ejemplo, en pantalla vemos la opinión de los crÃticos Manuel Castells y José Luis Brea, al respecto. Pero obviamente esto es algo que requiere matiz, pues al mismo tiempo que las redes permiten una economÃa distribuida, han permitido también la creación de empresas de enorme poder que concentran el flujo de información, como son los casos paradigmáticos de Google y Yahoo! También es cierto que a la par de que el internet permite cada vez más el intercambio de arte, los mecanismos de copyright se han fortalecido, por lo que cada vez es más difÃcil que los productos comerciales circulen en la red. Además, el tránsito masivo de usuarios de Internet ha dado lugar al sistema de vigilancia más sofisticado de la historia y ha permitido que nuestros datos personales se puedan vender al mejor postor, you sea para estrategias de publicidad o para control social por parte del gobierno, o incluso por parte de organizaciones delictivas. [SONIDO] Por todo lo anterior, es importante decir que los cambios que ha traÃdo el internet no son en sà mismo ni buenos ni malos, sino que pueden ser aprovechados para distintos fines. Lo importante para nosotros es insistir en que todas estas transformaciones, abren campos de oportunidad para generar un sistema de arte más abierto y colaborativo. Las licencias Creative Commons, de las que hablaremos en el próximo video, son un claro ejemplo de ello. [MÚSICA]